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24.3.11

¿Cuánto gana señor Presidente? (América)

Según un ranking llevado a cabo por el diario colombiano 'El Tiempo' acerca de los presidentes mejor pagados de todo el continente americano, donde no solamente se señala el salario anual que cobra cada mandatario sino que también se compara con el sueldo medio de la población correspondiente, el nivel de ingresos (más allá de que alguno pueda o no meter la mano donde no debe) está así:
-Evo Morales, 24.096 dólares... En la parte más baja se sitúa el presidente boliviano. Según el mencionado periódico, Morales cobra del erario público una cifra que sobrepasa por poco los 24mil dólares, eso sí: muy lejos del sueldo medio de cualquiera de sus compatriotas, que se sitúa en torno a los 4.800 dólares anuales.
-Cristina Fernández, 54.072 dólares... En el puesto número once nos encontramos a la presidenta argentina con un sueldo anual poco superior a los 54mil dólares. Considerada una de las mujeres más poderosas del mundo según la revista Forbes, el diario colombiano compara el salario presidencial con el promedio de lo que gana un ciudadano argentino: unos 15.000 dólares.
-Fernando Lugo, 58.524 dólares... El presidente de Paraguay tiene un salario de 58.524 dólares anuales, una cifra demasiado elevada si se compara con el sueldo medio de la población, situado en 5.000 dólares al año.
-Alan García, 69.519 dólares... En noveno puesto se sitúa el presidente de Perú. Eso sí, este sueldo tiene los días contados porque en apenas unos meses finaliza su mandato de gobierno. El sueldo medio de la población peruana se mueve alrededor de los 9.200 dólares al año.
-Rafael Correa, 74.328 dólares... El presidente de Ecuador cobra exactamente por término medio 66.520 dólares más que sus compatriotas por año, lo que le coloca además en el octavo lugar de esta clasificación presidencial.
-Hugo Chávez, 110.100 dólares... Una cifra ya muy distante del sueldo de otros mandatarios comentados como Morales, Fernández o incluso Correa; y mucho más del sueldo medio de los venezolanos que se sitúa en 12.600 dólares.
-Juan Manuel Santos, 119.616 dólares... El presidente colombiano, que apenas lleva un año en el cargo, cobra de sus contribuyentes una cantidad cercana a los 120mil dólares, lo que le convierte en uno de los presidentes mejor pagados del continente americano y que le aleja de los 10.000 dólares anuales que puede cobrar uno de sus ciudadanos.
-José Mújica, 140.652 dólares... Como curiosidad, comentar que el presidente uruguayo ahorra casi todo su salario ya que tanto él como su mujer viven según dicen de forma muy austera y encima dedican el poco tiempo que les queda a cultivar flores, actividad que les aporta también algún dinero extra.
-Sebastián Piñera, 180.000 dólares... En cuarto lugar encontramos al presidente de Chile. Comparado con el sueldo medio de los chilenos, el presidente Piñera gana 164.500 dólares más.
-Dilma Rousseff, 187.428 dólares... En el top de los tres que más cobran se sitúa la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. El ingreso per cápita de la nación se sitúa en 10.900 dólares.
-Felipe Calderón, 198.288 dólares... En segundo lugar y rozando los 200mil dólares anuales está el presidente mexicano que cobra 184.488 dólares más que cualquiera de sus compatriotas.
-Barack Obama, 400.728 dólares... Finalmente y como no podía ser de otra manera, encabezando este ranking hallamos al presidente de los Estados Unidos, que supera ampliamente a todos sus colegas del continente. Los ciudadanos estadounidenses también superan de forma holgada a sus vecinos en sueldo medio, ya que éste se sitúa en torno a los 47.400 dólares.

9.3.11

Li Wei, la concubina que amasó una fortuna

Li se ha convertido en el paradigma de las nuevas concubinas o "er nai", que ya no se conforman con lujos, un apartamento y un deportivo, sino con hacerse con activos en sectores clave empresariales, en este caso, de la segunda potencia económica, o sea, China. Li Wei despierta admiración y respeto en no pocos por encarnar el "sueño chino": sus activos de 2.000 millones de dólares están repartidos por una veintena de empresas de sectores como el del tabaco, inmobiliarias, publicidad, petróleo y bolsa.
El nombre de Li, mujer de 1,65 m de altura, rostro ovalado y larga melena, circula por las redes sociales tras poner al descubierto la idiosincrasia de la economía y la política chinas, basadas en una red de amiguismos o "guanxi" destinada a lograr rápidamente enormes cuantías de dinero de forma fraudulenta. ¿Pero quién es esta atractiva mujer de piel clara, con gusto por la ropa llamativa y en no pocos sitios descrita como una "máquina carente de sentimientos"?
Vietnamita (con sangre francesa) de 48 años de edad, se refugió con su padre en China cuando solamente tenía 7 años y fue en la provincia suroccidental de Yunnan donde empezó a vender cigarrillos y a utilizar su belleza hasta encandilar a Zheng Shaodong, funcionario de la policía de Cantón, que le concedió en 1996 dos permisos falsos de residencia en China.
Su olfato para los negocios atrajo a su futuro marido, el responsable provincial de tabacos, a través del cual conoció al gobernador Li Jiating, que convertido en su amante concedió a la joven en 1993 fondos y cuotas de exportación de tabaco a cambio de que ella obtuviera la residencia para su hijo en Hong Kong.
Divorciada y con inversiones en dos firmas, Li Wei mantuvo relaciones con Du Shicheng, secretario del Partido Comunista en Shandong, a través del cual llegó a ser la magnate provincial del ladrillo e iniciar en 2002 sus inversiones en Pekín. Fue Du quien le presentó a su amigo, el entonces presidente de Sinopec, Chen Tonghai, quien también mantuvo una relación con Li, y a la que agasajó con millones de acciones de las subsidiarias de la petrolera estatal y doscientas gasolineras en Pekín.
Entre su red de protectores, se encontraba su amigo Wang Yi, vicepresidente del órgano regulador bursátil de China, por el que obtuvo pingües beneficios en los parqués locales.
... ... ... Y ahora, Pekín ha censurado una investigación sobre Li Wei, una concubina que amasó su inmensa fortuna supuestamente a cambio de favores sexuales a una quincena de altos cargos de la élite comunista que se encuentran entre rejas. Y es que sí: la mayoría de sus amantes están ahora encarcelados por el testimonio de la propia Li, quien no dudó en exponerlos y en entregarse para conseguir una pena indulgente. Li es el común denominador de esos quince altos cargos del Partido Comunista condenados a pena de muerte o cadena perpetua por casos de corrupción en los que se implicaron por ella, mientras Li, aparentemente, se va de rositas. ¿Por qué?
Entre las "víctimas" de Li figura el ex presidente de la petrolera estatal Sinopec: el mencionado Chen Tonghai; el ex gobernador de Yunnan Li Jiating, sentenciado a muerte por corrupción en 2003; o el teniente de alcalde de Pekín Liu Zhihua, responsable de preparar los Juegos Olímpicos y condenado por aceptar millones en sobornos.
Por su parte, Li fue condenada por un delito de evasión de impuestos en 2006 y salió este año de la cárcel, antes de cumplir su condena, por el temor de las autoridades a que publique su diario, en el que podría implicar a cargos de mayor rango.
Y es que a pesar de las campañas anticorrupción del régimen, el caso de Li Wei aporta un atisbo sobre cómo se compra el poder entre bambalinas en China. El caso ha sido censurado porque no se trata de un suceso aislado sobre el cual las autoridades puedan aplicar un castigo ejemplar (además de que todos los casos de corrupción por encima de las alcaldías se censuran y están sujetos a otras restricciones). Ella es posiblemente el mayor exponente de una vieja tradición que resurgió en el sur de China a principios de los años noventa del pasado siglo XX, principalmente en la provincia de Guandong. Numerosos empresarios que se trasladaban en viaje de negocios mantenían una o varias jóvenes chinas. Les alquilaban una habitación de hotel, les dejaban una renta para comprarse ropa o ir a los salones de estética. Al cabo de un tiempo les compraban un apartamento y un coche. Pronto los empresarios de Catón les imitaron. A partir de 1993, la moda se extendió a Shanghai y luego a Pekín. Así, a mediados de los años noventa, se convirtió en una práctica extendida por toda China el hecho de que los nuevos ricos del país asiático dispusieran de una amante, fascinada por el lujo y la posibilidad de vivir a todo tren.
Mientras, con la mayor parte de sus activos extranjeros intactos, Li Wei reside en Hong Kong, y sigue disfrutando de la vida...

2.3.11

Aspectos a tener en cuenta a la hora de dejar voluntariamente nuestro trabajo

Si tu situación laboral no es lo que se dice buena, es probable que hayas pensado en alguna ocasión dejar tu empleo y probar con otra cosa. Pero es ésta siempre una decisión complicada. Más ahora, tal y como están las cosas, donde no se debería dar un salto de esta envergadura sin preguntarnos con antelación sobre una serie de aspectos importantes. Y es que antes de emprender la “huida”, será bueno plantearnos unas cuestiones (que a continuación se detallan) que nos resultarán sumamente beneficiosas para ayudarnos a decidir. ¡Suerte! Antes de buscar otra cosa...
-¿Qué es exactamente lo que me produce frustración de mi situación laboral actual? Localizar el foco del problema es el primer paso para intentar resolverlo. Piénsalo detenidamente. ¿El problema es la gente, el entorno o el trabajo en sí mismo? Después de haber definido el obstáculo real, piensa en el alcance que éste tiene. Puede que sea hora de pedir un cambio de departamento, quizás de proyecto. Pero si llegas a la conclusión de que no es el trabajo para el que estás hecho o que no vas a poder aguantar el ritmo y las responsabilidades, sean las que sean, quizá sí que haya llegado la hora de plantearte dejarlo.
-¿Es mi entorno laboral abusivo o insoportable? Es importante ser honesto acerca de lo mala que es realmente la situación. ¿Está siendo tu jefe verbalmente abusivo? Si es así, es hora de tener una cita con recursos humanos. Si en cambio tu problema pasa más bien por una irritación incontrolable y crees que no puedes tolerar lo que vives, piensa en encontrar otra empresa en la que puedas cumplir tus futuras metas.
-¿He tomado todas las medidas posibles para hacer mi trabajo actual viable? Si te das cuenta de que tu situación no es abusiva y de que podría ser más manejable, considera los pasos que debes seguir para lograr que lo sea. Puede que una actitud más positiva, modificar la gestión de tu tiempo y tus hábitos laborales o comunicarte más claramente con tu gerente te ayuden a mejorar.
-¿Qué es lo que quiero conseguir con mi trabajo? ¿Currículum o calidad de vida? Debes tener muy en cuenta lo que de verdad quieres y lo que realmente conseguirás con tu empleo. Es hora de definir tus prioridades: si hiciste la carrera de derecho, seguramente ya sabrías que sería intelectualmente muy estimulante, pero que te dejaría poco tiempo libre para otras cosas. Pero siempre puedes replantearte la vida, incluso pedir una reducción de jornada (inevitablemente, también de sueldo) para emprender otras actividades que te seduzcan y te vayan a hacer sentir más completo.
-¿Tengo un plan para conseguir mi próximo trabajo? Explora el terreno, ¿qué necesitan las empresas y qué puedes aportarles tú? Ten siempre en cuenta que buscas desarrollar tus habilidades, pero antes quizás debas reciclarte en tus conocimientos y hasta adquirir otros nuevos. Habrás escuchado muchas veces aquello de 'no dejes un empleo hasta que tengas otro'. Bien, para ello deberías empezar ya con tu plan, aunque sigas dedicado a tu trabajo actual.
-¿Tengo suficiente dinero ahorrado para cubrir de 9 a 12 meses de gastos? Y es que actualmente la previsión si te quedas en paro es de entre 9 y 12 meses. Y recuerda, si dejas voluntariamente tu trabajo, no cobrarás el desempleo. Por lo tanto, es muy importante prevenir tanto gastos fijos como créditos, pagos de préstamos, etc y tener un colchón para amortiguar los imprevistos, como puedan ser reparaciones de vehículos o de elementos del hogar.
-¿Puedo prescindir de un seguro médico? Si dejas tu trabajo, debes considerar (en algunos casos y países) la pérdida de beneficios como el seguro de salud. Además, sin ingresos fijos, probablemente no seas capaz de contribuir a una jubilación aceptable o de engrosar como es debido la cuenta de ahorros para la universidad. Contempla siempre tus prioridades y sé realista en lo que pretendes hacer.
-¿Seré capaz de reducir mis gastos mientras consigo otro trabajo? De algo vas a tener que vivir mientras buscas un empleo nuevo. Puedes hacerte con una fuente de ingresos que pase por un trabajo eventual y a tiempo parcial, aunque tal y como está el panorama y las pocas ofertas que hay, es casi mejor que optes por reducir lo que gastas. ¿Ya sabes cómo?
-¿Tengo el apoyo de mi familia y amigos? Dejar el trabajo no solamente te afectará a ti, sino a muchas otras personas que forman parte de tu vida. Les debes por lo menos una conversación, ¿no crees? Aunque sólo sea para saber si contarás con su apoyo cuando todo cambie, cuando haya que reducir costes en casa, por ejemplo. Los expertos aseguran que muchas personas no están preparadas para el aislamiento y la falta de estructura que conlleva el desempleo. Por eso es importante tener a los tuyos cerca.
-¿Lo he programado adecuadamente? Hora de irse. Si tienes que dejar tu trabajo, hazlo, pero asegúrate de que es un buen momento, que no os encontráis en medio de un proyecto importante, que no es temporada alta, que, en definitiva, vas a salir por la puerta grande y no por la de 'aquellos que nos dejaron colgados'. Sabes que eso dirá mucho de ti en un futuro profesional. Además, no seas bobo, y espera unos meses para poder hacerte con la paga extra o disfrutar tus vacaciones, por ejemplo.

1.3.11

Porque yo lo valgo

No pocas veces obviamos valorar nuestra propia experiencia laboral, lo cual nos conduce a aceptar la primera oferta. ¿Cuánto es suficiente de salario para mí? Esto es lo que podrían preguntarse algunos profesionales que no saben cotizar sus habilidades laborales. Y es que, no solamente hay empleos mal pagados, también se da el caso de trabajadores que parecen ser 'adictos' a la poca remuneración: "Cuando me piden cotizar un proyecto a veces no sé cómo negociar, pero por quedarme con el trabajo suelo bajar mis precios un poco más de lo esperado. Y lo que hago para compensar es juntar más trabajos y así tener un mayor ingreso" ... ¿Te suena?
Es una hipótesis falsa que los puestos mal pagados funcionen, a la larga, como peldaños para conseguir opciones mejor remuneradas. Es más probable que esas vacantes funcionen como un "callejón sin salida". Los que aceptan esas condiciones terminan por creer que los trabajos tienen que ser remunerados de esa manera.
Una persona que no valora la experiencia laboral que va adquiriendo con los años y no se actualiza sobre cómo vender sus contactos y/o conocimientos, lejos de defender una paga adecuada, deja esto en manos de la oferta que realice el empleador. Y es que, aunque el mercado esté en malas condiciones de trabajo, hay que negociar y no temer. Si hacemos bien nuestro trabajo, no faltarán oportunidades, pero si optamos por recibir cualquier salario abaratamos el mercado.
Quizá uno los peligros más grandes es que el profesional se acostumbre a bajar "su precio", por pensar que si no acepta será mal visto. "Ante la crisis debería de aceptar", ese es su argumento, pero una remuneración menor se puede entender ante la falta de experiencia, pero después de años, cuando el empleado recibe ofertas de trabajos fijos o independientes... eso es otra cosa.
Socialmente, cuando la gente oye que éste o aquel gana poco apunta: "eso pasa porque no tiene valor (importancia) lo que hace", en cambio si, pongamos por caso, un médico percibe mucho más, expresa cosas del tipo: "claro, porque es una carrera donde estudian toda la vida", etc. Este tipo de actitudes, más lo saturada que pueda estar una determinada profesión, contribuyen a que la persona sienta que por alguna razón su valía o sus proyectos se pagarán más bajo.
También interviene un fenómeno personal y es ¿cómo mide una persona su labor? Si para un trabajo invierte mucho esfuerzo, le dedica horas extras, fines de semana, renuncia a vacaciones, etcétera, entonces se siente con el valor de cobrar más, es más 'aceptable' que eleve su cuota. Pero si el proyecto le lleva menos horas, hay quien llega a pensar que debe cobrar barato o le discutirán su presupuesto o función.
¿Cómo volverse un estratega respecto a cobrar mejor por nuestra actividad profesional? Para empezar, el profesional debe romper con prejuicios o ideas mal entendidas sobre qué implica ganar más o menos dinero. Si hay algo que les demanda esfuerzo, y se están viendo muy productivos con la empresa, entonces hay que cobrar por ello.
Las señales de alarma respecto a "conformarse" con bajos salarios, incluyen: no tener metas de desarrollo profesional, ni interés por descubrir nuevas habilidades o aprender a colocarse en el mercado de mejor manera.
Con los estudiantes o jóvenes profesionales el problema es que no cuenten con un plan de vida bien definido. Por trabajar pueden verse en la necesidad de tomar cualquier opción, sin averiguar si eso los llevará a opciones más rentables, o si les permitirá alcanzar el desarrollo económico y laboral deseado.
En países como Estados Unidos están creciendo programas como 'Underearners Anonymous' (éste tiene sede en Nueva York), el cual consiste en reunir a personas que acuden a sesiones para compartir información sobre cómo reactivar su vida laboral y crear nuevas metas económicas. Pero, con o sin grupo, ¿a qué esperas para mejorar tu rentabilidad como profesional? Tú lo vales.