El 'petroeuro' se lo pone crudo al dólar
Los países exportadores de petróleo quieren diversificar sus reservas de divisas, abultadas en los últimos años por los altos precios del crudo. La depreciación del dólar ha animado a Irán, Venezuela, Emiratos Árabes Unidos e Indonesia, entre otros, a sustituir parte de sus saldos en billetes verdes por euros. En algunos casos, como el de Irán y Venezuela, enemigos declarados de la Administración estadounidense, el rechazo del dólar esconde también una intencionalidad política. El cambio de petrodólares por petroeuros es uno de los factores que impulsan la apreciación de la divisa europea.
El mes pasado, el ministro iraní de Economía, Davood Danesh Jaffari, declaraba que su país, cuarto exportador mundial de petróleo, se había embarcado en un proceso para cambiar a euros parte de sus reservas en dólares. El lunes, el portavoz del Gobierno iraní, Gholam Hussein Elham, anunciaba que, a partir del próximo ejercicio fiscal, los ingresos que obtiene Irán por la venta de petróleo se calcularán en euros y no en dólares. Dos días más tarde, el Ministerio de Petróleo informó de que todas las compras en el sector se pagarán en euros. Entre marzo y noviembre de este año, Irán ingresó 36.000 millones de dólares (27.421,3 millones de euros) por venta de crudo, un 15,1% más que en el mismo periodo de 2005.
No puede decirse que estas noticias sorprendieran al mercado. Desde hace 10 meses, Irán viene advirtiendo a sus clientes de que deben pagar sus facturas petroleras en euros. Pero sí que confirman una tendencia que otros exportadores están siguiendo. Venezuela, quinto productor mundial, también está aumentando sus saldos en euros. Según ha reconocido Domingo Maza Zavala, uno de los siete miembros del consejo de gobierno del Banco Central de Venezuela, el proceso de diversificación ha empezado este año. El país que preside Hugo Chávez ha reducido la proporción de sus 35.900 millones de dólares en reservas en dólares y oro, del 95% hace un año al 80% hoy. En el mismo periodo, sus reservas en euros pasaron del 5% al 15%.
El sultán Bin Nasser al Suwaidi, gobernador del banco central de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), manifestaba recientemente su intención de cambiar a euros hasta el 8% de los 24.900 millones de dólares (18.966,4 millones de euros) de reservas. Indonesia ha anunciado medidas similares. Y hay más países inmersos en este tipo de políticas. Según los últimos datos del Banco Internacional de Pagos de Basilea (BIS), los depósitos en dólares de los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) más Rusia (el mayor exportador de crudo fuera del cartel), cayeron del 67% en el primer trimestre del año al 65% en el segundo trimestre. En ese periodo, los depósitos en euros pasaron del 20% al 22%.
"No queremos poner todos los huevos en la misma cesta", ha explicado el embajador iraní en España, Seyed Davood Salehi. "En el mercado internacional el euro tiene una estabilidad y es muy importante para nosotros porque la política de mi Gobierno es el multilateralismo. Queremos luchar contra el unilateralismo", añadía, en clara alusión al enfrentamiento político de Irán con Estados Unidos y algunos países europeos por sus ambiciones nucleares.
Antonio Villarroya, director de Estrategia de Renta Fija de Merrill Lynch, ve en estas decisiones, más allá de los lances políticos, la intención de gestionar con eficacia las reservas: "No es tanto que no quieran dólares, sino que no necesitan más y quieren rentabilizar sus saldos". Además, recuerda que, cuando nació el euro en 1999, se pensó que el cambio de saldos en dólares a euros sería más rápido de lo que ha sido. Según estimaciones de BNP Paribas, el 66,5% de las reservas mundiales están denominadas en dólares, frente al 24,3% en euros. La desproporción es evidente a la luz del peso económico de la zona euro y EE.UU.
Puede que la diversificación de los productores no sea letal para el dólar. En términos absolutos, el importe de la disminución de los depósitos en dólares de los miembros de la OPEP y Rusia entre el primer y el segundo trimestre es de 5.300 millones de dólares (4.037 millones de euros), frente a un total de 632.000 millones de dólares (481.395 millones). Según Carlos de las Morenas, responsable de divisas de BNP Paribas, el verdadero problema para el dólar podría surgir si los países de la OPEP decidieran transformar en euros una gran proporción de sus reservas en dólares. En todo caso, el cambio de petrodólares a petroeuros es un factor más que se suma a la presión a la baja que la moneda estadounidense ha sufrido en 2006.
Los desequilibrios de la economía estadounidense -doble déficit fiscal y por cuenta corriente-, la pujanza de la economía europea frente al estancamiento de la de EE.UU. y la divergencia de las políticas monetarias a ambos lados del Atlántico -alzas de tipos en la zona euro y perspectivas de bajadas en EE.UU.- son los factores de fondo que explican la pujanza del euro.
Desde principios de año, el dólar ha caído un 12%. El pasado 4 de diciembre el euro se disparaba hasta los 1,3367 dólares, su nivel máximo de los últimos 20 meses, y muy cercano al máximo histórico del 30 de diciembre de 2004: 1,3666 dólares.
Quizás más preocupante para el dólar, añade Villarroya, sería que China, que ha amasado ya un volumen de reservas valorado en un billón de dólares, el mayor del mundo, decidiera disminuir el peso de esta divisa. En noviembre el gobernador del Banco Popular de China, Zhou Xiaochuan, declaraba que su país quiere invertir una mayor parte de sus divisas en mercados emergentes y en activos con rendimientos más altos que los estadounidenses.
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