Descubren la parte del cerebro implicada en el miedo a perder dinero
Publicado en la edición digital de la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences', investigadores del Instituto de Tecnología de California (EE.UU.) han vinculado la aversión humana a la pérdida de dinero a una estructura específica del cerebro: la amígdala. El descubrimiento aporta nuevos datos sobre la conducta económica y sobre el papel de la amígdala, una estructura que registra las reacciones emocionales rápidas y que está implicada en la depresión, ansiedad y el autismo.
En el estudio se examinó a dos pacientes cuya amígdala había resultado destruida por una muy rara enfermedad genética. Estos individuos, junto con otros sin daños en la amígdala, participaron de forma voluntaria en una tarea económica experimental... En la prueba se preguntaba a los implicados si participarían en una apuesta en la que había una probabilidad equilibrada de ganar veinte dólares o perder cinco, un riesgo que la mayoría elegiría aceptar, y si realizarían una apuesta 50/50 de ganar veinte dólares o perder la misma cantidad, un riesgo que no elegiría la mayoría. También se les preguntó si realizarían una apuesta 50/50 de ganar veinte dólares o perder quince, un riesgo que la mayoría de personas rechazaría incluso si el ingreso neto esperado resultara positivo.
Los dos pacientes con la amígdala dañada eligieron las apuestas arriesgadas más a menudo que aquellos individuos de la misma edad y educación que no presentaban lesiones en esta área cerebral. En realidad, el primer grupo no mostró aversión ninguna a la pérdida monetaria, en un acentuado contraste con los sujetos control.
Según los responsables del estudio, la aversión a la pérdida monetaria se ha venido estudiando en economía de la conducta durante algún tiempo pero ésta es la primera vez que se ha informado de pacientes que carecen por completo de ella. Creen que tal resultado muestra que la amígdala es crítica para desencadenar un sentido de precaución ante la realización de apuestas en las que se podría perder, una función de la amígdala que podría ser similar a su papel en el miedo y la ansiedad.
La aversión a la pérdida se ha observado en muchos estudios económicos, desde los de monos intercambiando objetos por comida a personas en espectáculos de juego de alto nivel pero ésta es la primera evidencia clara de una estructura cerebral especial que es responsable del miedo a tales pérdidas.
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