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13.12.10

Se habla español

De sobras es conocido que el español es la segunda lengua de comunicación del mundo por número de hablantes, y ya la tercera más utilizada en internet; es por eso que ha visto la luz 'El español, lengua global. La economía', tercer volumen de la colección que publican el Instituto Cervantes y Español Santillana, que contiene un análisis multidisciplinar y un riguroso estudio de las variables que intervienen en la estimación del valor económico de la lengua española. Y en donde José Luis García Delgado, José Antonio Alonso y Juan Carlos Jiménez dirigen un trabajo en el que se examinan, sector a sector, todas las variables que determinan el valor del español. El libro, de casi 300 páginas, se estructura en ocho capítulos precedidos por prólogos de Carmen Caffarel, directora del Instituto Cervantes, y Javier Nadal, vicepresidente ejecutivo de la Fundación Telefónica.
La demanda por saber español es desbordantemente creciente en todos aquellos países con los que España y los países Hispanoamericanos tienen una relación muy directa desde el punto de vista económico, como por ejemplo Brasil, por citar una economía emergente, y los Estados Unidos, bastión del avance industrial y tecnológico. En los países anglófonos europeos, Inglaterra e Irlanda, la demanda es igualmente muy fuerte, al punto de que compite abiertamente en los centros escolares con el francés, la segunda lengua de estudio por antonomasia en la enseñanza media. Y en el resto de Europa está situada en el máximo nivel de personas deseosas de aprenderlo pues se ha convertido en una herramienta básica de conocimiento para cualquier ciudadano con un afán de miras más allá de su aldea respectiva.
Según el World Factbook de 2010, en los Estados Unidos habla español el 10,7 por ciento de la población; se trata de un porcentaje que prácticamente ¡¡ triplica por sí solo el que suman juntas las demás lenguas indoeuropeas !! En términos numéricos, hablamos de más de treinta y cinco millones de personas, a las que habría que sumar todas aquellas que lo conocen pero no lo emplean de forma habitual. Así, en California hay casi seis millones de hispanohablantes; en Texas, más de tres millones y medio, en Nueva York, unos dos millones, más o menos como en la Florida... El español es la segunda lengua más hablada y entendida del país, la primera potencia mundial en el orden económico.
Aunque el factor más importante para aprender una lengua debe ser el cultural y no el económico, no es menos cierto que la expansión del español por el mundo procurará a los países de habla hispana un incremento notable de renta mediante la exportación de profesorado, material y recursos lingüísticos; de todo ello existe ya una fuerte demanda, que de hecho no está siendo debidamente atendida por no poder dar a basto ante tanto requerimiento. Eso, a su vez, tendrá como efecto el incremento del número de estudiantes de español interesados en, por ejemplo, el patrimonio cultural de España (el segundo en importancia, después del de Italia).
No podemos dejar pasar, pues, esta oportunidad histórica para el desarrollo económico y cultural de nuestros países de habla hispana, una oportunidad como tal vez no se vuelva a presentar en varias generaciones. España e Hispanoamérica deben convertirse en un gran proyecto cultural internacional. En este sentido, hay que alabar la dedicación del Instituto Cervantes y de todos los profesionales que lo componen, pero es que aún hay mercado para quintuplicar sus centros y el número de matrículas. La amplia demanda así lo requiere.
Cualquier esfuerzo que se haga, especialmente si viene de la iniciativa privada, a favor del proyecto cultural español supondrá automáticamente una desviación de renta a favor del resto de los hablantes del idioma español. Si además contásemos con la colaboración de nuestros Estados comprometidos con tal proyecto, se conseguirá un efecto multiplicador con unas consecuencias favorables para nuestros respectivos países difícilmente imaginables.