Una moda que vale millones: zapatillas con ruedas y zuecos con agujeros

Las zapatillas deportivas con ruedas incorporadas, los Heelys, y los zuecos de plástico flúo perforados, los Crocs, hacen furor en Estados Unidos, tanto que en unos meses se han alzado con mil millones de dólares en el Nasdaq, la Bolsa electrónica de Nueva York. El éxito de los Heelys, lanzados en 2000, realmente estalló estos últimos meses: las aceras de las grandes ciudades estadounidenses se han poblado de niños con ruedas, que se deslizan sobre el cemento con zapatos que parecen normales, pero distan mucho de serlo.

Los Heelys nacieron cuando el inventor aficionado Roger Adams colocó un día de 1998 una rueda en el talón de un viejo par de zapatillas deportivas. No tardó en registrar más de 77 patentes en 25 países. En 2000 creó la empresa con un fondo de inversión de Texas y organizó la producción en Asia, convenciendo poco a poco a los distribuidores.

En los primeros nueve meses de 2006 se vendieron cerca de 4 millones de pares, tres veces más que en 2005. El volumen de negocios se cuadruplicó a 117 millones de dólares, para un beneficio de 18 millones.

Adoptadas por atletas y estrellas, los Heelys fueron uno de los regalos favoritos de la pasada Navidad. Heelys comenzó a cotizar en la Bolsa el 8 de diciembre: la acción, propuesta a 21 dólares, vale actualmente cerca de 37, llevando el valor de la empresa a unos mil millones de dólares. Y Adams, que es dueño de un 17,4% del grupo, posee 170 millones de dólares. Según la empresa bursátil Bears Stern, Heelys venderá en 2007 unos 8 millones de pares, 15% en el ámbito internacional.

Aún así, la seguridad sigue siendo su talón de Aquiles: ha habido niños heridos, hubo prohibiciones de uso en algunas zonas céntricas, y la asociación mundial contra los juguetes que causan daño (World Against Toys Causing Harm), catalogó el invento como uno de los 10 peores juguetes del año.

Otro zapato fuera de lo común corre la misma suerte espectacular. Son los Crocs, zuecos en resina multicolor con pequeños agujeros y de colores flúo, que han obtenido en la Bolsa más de mil millones de dólares.

Los Crocs también fueron creados por inventores aficionados: tres amigos de Boulder (Colorado, centro), George Boedecker, Lyndon "Duke" Hanson y Scott Seamans, que durante sus vacaciones quedaron encantados con unos zuecos con agujeros comprados en Canadá y decidieron ponerlos en el mercado.

Financiados por conocidos, comenzaron a vender estos zuecos muy poco elegantes pero cómodos, que no genera olores ni bacterias, a deportistas náuticos y a quienes trabajan de pie. Pero para su propia sorpresa, los Crocs se han convertido en un accesorio de moda.

Lanzada a fines de 2002, su empresa compró la fábrica canadiense de zuecos en 2004, así como su patente de resina, y amplió la producción a México, China, Italia y Rumania.A penas despegaron las ventas, decidieron ingresar a la Bolsa en febrero de 2006, cotizando a 21 dólares. Hoy la acción vale 54 dólares y el grupo 2.100 millones.

Los Crocs seducen a todas las edades: Disney va a crear zuecos temáticos, los clubes deportivos los eligen, y famosos como Jack Nicholson y el cofundador de Google Larry Page los calzan. Los originales zapatos tienen incluso su club de fans en internet. "Los Crocs han logrado en dos años lo que una marca muy popular realiza generalmente en 10 años", señala el consultor bursátil Robert W. Baird. El grupo vendió más de 20 millones de pares en 2006, un tercio al mercado internacional, por 355 millones de dólares, y prevé alrededor de 500 millones de dólares de ventas en 2007. Su beneficio en 2006 fue de 64 millones.

Los Crocs y los Heelys apuestan ahora por Europa, donde esperan replicar el éxito norteamericano. Sin embargo, su suerte se mantiene en vilo, porque la moda también llama a falsificadores. Un par de Crocs cuesta entre 30 y 60 dólares, pero ya se encuentran imitaciones por... un dólar.

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