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9.4.07

Jugando con la Economía

El mundo de los videojuegos nos pone al alcance de la mano la posibilidad de hacer de la Economía una diversión. Cumplir nuestro sueño de montar un imperio empresarial, ser agente bursátil, o el alcalde de una ciudad importante, es posible gracias a una selección de los mejores juegos de ordenador de este género, muchos de ellos a coste cero.
Esta colección abarca todo tipo de negocios empresariales, desde ser un magnate del ferrocarril a un especulador inmobiliario. También hay juegos que permiten sentirse en la piel de un productor de cine o en la de un mercader del siglo XV. Y para los que comienzan, existen además en la red minijuegos flash que explican los conceptos más importantes y básicos de la economía.
A pesar de parecer sesudos a primera vista, lo cierto es que los mejores juegos de este género llegan a ser tan adictivos como los de estrategia bélica. Y sus desafíos son mucho más amplios y variados que la conquista o defensa de una determinada posición: se adaptan al jugador porque le permiten jugar de mil maneras distintas según sus propios objetivos e intereses. ¿Gestor de aeropuertos o propietario de una compañía eléctrica? ¿Construir desde cero una ciudad o ser el presidente de un país entero? ¿Especular con acciones o con las reservas de petróleo? Con estos juegos cada partida es un mundo. Además, el tiempo no suele ser un problema para aquellos que disponen poco de él. Las partidas se pueden alargar semanas o meses, pero puede ser compatible con una vida ocupada porque divierten igual con una dedicación esporádica que pasando una tarde entera con ellos.
Muchos juegos son gratuitos. Otros están a precio de saldo. El secreto de su bajo coste es que este género cuenta con un gran número de joyas descatalogadas, 'abandonware' -software abandonado-. Su adquisición es legal en páginas web como 'The Underdogs' o las españolas 'Abandonia' y 'Ellos nunca lo harían', portales veteranos que han pasado la supervisión policial al ofrecer exclusivamente contenidos que respetan los derechos de autor. Otros aún están en catálogo, aunque suelen estar de oferta al tener ya varios años. De no estar disponibles en tiendas del propio país se pueden adquirir de importación en tiendas en línea a un precio muy asequible. No obstante, antes de efectuar la compra merece la pena descargar y probar sus demostraciones gratuitas para escoger aquel que más se adapte a nuestros gustos.
Para aquellos que quieran iniciarse en la Economía pero desconocen algunos conceptos básicos lo mejor es probar en la red algunos minijuegos sencillos, pequeñas lecciones con las que dar el salto a la mecánica de los juegos propiamente dichos.
El funcionamiento de cómo funciona oferta y demanda está perfectamente explicado en el Trade Ruler de la web de los premios Nobel. Existen distintas islas según su población y riqueza, y consiste en comerciar con una de ellas para conseguir varios turnos después el mayor beneficio en las transacciones.
El Banco de España también ha montado su propia aula virtual. Aquí, emulando el papel de gobernador del banco, se deberá hacer frente a retos aún más difíciles, como mantener la estabilidad de los precios jugando con los tipos de cambio; saber arriesgar en ciertas inversiones sin arruinarse; o cómo hacer frente a distintos tipos de pago, desde una entrada de cine a una hipoteca.
Una vez entusiasmado por la idea de dirigir un negocio propio, el dilema es cuál escoger. Aquellos que quieran sentirse verdaderos empresarios deberán probar el Capitalism II. Éste es el juego que mejor recrea al mundo empresarial: se estudia qué ciudades son mejores para asentarse; se elige qué empresa es la que queremos crear (agraria, juguetera, petrolera, inmobiliaria... hay posibilidades sin fin) y se invierte en fábricas, marketing e investigación, etc. Sin embargo, no todo acaba en la propia empresa. La competencia obliga a ir un paso por delante de ellos, por lo que las opas hostiles y las alianzas están a la orden del día.
Otra opción es centrarse en un negocio concreto. Los 'tycoon' son los mejores en este aspecto. El Transport Tycoon Deluxe ('abandonware') es aclamado por los aficionados como uno de los históricos de la estrategia. El jugador debe construir su propio imperio del transporte, lo que incluye aerolíneas, ferrocarriles, carreteras y puertos. De este estilo también destaca la serie Railroad Tycoon. Una competición contra otros magnates del ferrocarril desde el nacimiento del tren hasta nuestros días. Mapas de Estados Unidos, Europa y otras regiones en los que habrá que tender vías y organizar convoys para lograr el monopolio del negocio. Aunque ya va por la cuarta entrega, su primera versión es abandonware.
Otro clásico es el Sim City. Esta saga nació hace casi dos décadas, de ahí que existan versiones 'abandonware', aunque su esencia no ha cambiado: ser el alcalde de un pequeño pueblo que ha de crecer hasta ser una gran metrópoli. Recalificar terrenos, suministrar agua y gas, construir comisarías, hospitales y colegios son las tareas básicas del edil, aunque la gran decisión siempre será saber administrar los impuestos.
Por otra parte, existen juegos de negocios más concretos. Simfarm ('abandonware') pone al jugador en la piel de un propietario de granjas, mientras el Roller Coaster Tycoon simula el rol de presidente de un parque de atracciones, en el que se controla desde el precio de los bares al diseño de una montaña rusa. En esta línea se sitúa también el Pizza Tycoon ('abandonware'), que como su propio nombre indica, consiste en montar una exitosa cadena de pizzerías en todo el mundo.
Y para aquellos que echen de menos algo de estrategia histórica, su juego es el Patrician III. Consiste en emular a un mercader del siglo XV en la Liga Hanseática, un comerciante que extienda su influencia política desde el mar Báltico hasta los Países Bajos e Inglaterra.

2 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Hay uno muy bueno que se llama Cash Flow, aunque es un juego de mesa recuerdo que hace algunos meses me entere de que existen versiones para computadoras.

Me gusta tu blog.

9:23 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Gracias, pingü

4:26 p. m.  

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