Islandia a punto de caer
Islandia, líder mundial de desarrollo humano el pasado año, está al borde del abismo. La crisis se ha llevado por delante a la banca, nacionalizada por el Gobierno. La bolsa caía ayer, y en un solo día, un 77 por ciento. El valor de su moneda se ha derrumbado y el país depende de un crédito de Rusia y el Fondo Monetario Internacional. Como resultado de este caos, los islandeses andan a la desesperada acaparando comida ante el temor de que las importaciones se paralicen en nada. El pánico se ha propagado entre toda la población de la isla. Y es que la economía islandesa constituye uno de los más claros ejemplos de los riesgos que conlleva impulsar el crecimiento económico a base de deuda o, lo que es lo mismo, crédito.
Durante los últimos años, el volumen del sistema bancario en Islandia se disparó hasta tal punto que llegó a superar 10 veces el PIB del país. Sin embargo, la grave crisis financiera a nivel mundial ha causado la suspensión de pagos de su banca, hasta el punto de que el Gobierno ha nacionalizado las principales entidades del país, tras no poder refinanciar su deuda en el mercado interbancario. Como consecuencia, su bolsa ha registrado algo jamás visto: ¡caer un 77% y en una sola jornada! El valor de su moneda está por los suelos y pisoteada y el Estado necesita urgentemente crédito para evitar la bancarrota. El Gobierno ha solicitado ayuda al FMI y negocia con Rusia la concesión de un préstamo urgente de casi 4.000 millones de euros. La situación ha llegado a tal límite que, insostenible y ante el temor de que se paralicen las importaciones, la población isleña ha acudido en masa a los supermercados para hacer acopio de víveres.
Johannes Smari Oluffsson, gerente de la cadena de tiendas de alimentación Bonus, en el principal centro comercial de Reykjavik, comenta: "Desde hace una semana los días han sido una locura. Las ventas se han duplicado". Bonus, una cadena nacional, tiene mercancía en sus almacenes para unas dos semanas más aproximadamente. Después de esto los estantes comenzarán a vaciarse a menos que pueda acceder a divisas extranjeras (afirmaba para la TV el gerente entre frigoríficos llenos de productos de carne, uno de los pocos artículos a la venta producidos en el mismo país).
El mercado de divisas de Islandia se ha paralizado después de que los tres mayores bancos colapsaran y el Gobierno abandonara los intentos de anclar el tipo de cambio. Muchos bancos no aceptan la corona islandesa y los proveedores del extranjero están exigiendo los pagos por adelantado. Ante esto, el Gobierno ha pedido a los bancos que den prioridad a las transacciones en moneda extranjera para recursos esenciales como comida, fármacos y crudo. Pero la crisis ya está golpeando hasta las tiendas de ropa. Así, Ragnhildur Anna Jonsdottir, propietaria de la cadena de ropa Next Plc, decía (también a la TV) que no puede conseguir divisas para pagar los pedidos y, aunque pudiera, el tipo de cambio sería prohibitivamente alto: "No estamos recibiendo nuevos envíos como normalmente hacemos una vez a la semana". Es cierto. Desde hace tres semanas no reciben mercancía alguna.
Los aproximadamente 320.000 habitantes de Islandia habían disfrutado cuatro años de un crecimiento económico superior al 4%, pero ahora la situación económica ha disparado todas las alarmas. La bolsa islandesa ha registrado la mayor caída de la historia y ello, tras haber permanecido cerrada durante tres días después de que el Gobierno decidiera nacionalizar los tres mayores bancos del país. Las entidades rescatadas -Kaupthing Bank, Glitnir Bank y Landsbanki Islands- con una deuda doce veces mayor que la economía islandesa, representaban cerca del 76% del principal índice bursátil, el Omex Iceland 15, antes de que pasaran a control estatal. Tras la reapertura del mercado estas entidades han cotizado en cero al ser incapaces de recibir valoraciones del mercado, arrastrando proporcionalmente al índice bursátil islandés. Los analistas lo interpretan como la quiebra del Banco Central islandés o, lo que es lo mismo, la cuasi bancarrota del país. Con la cotización de la corona prácticamente suspendida en los últimos días tras su hundimiento frente al euro, el dólar y el yen, los deudores se enfrentan ahora a la subida de sus facturas. No resulta extraño, pues, que ciudadanos como Karl Karlsson, un taxista de Reykjavik, haya cancelado sus vacaciones de invierno. El dinero que tenía ahorrado se está yendo en el préstamo de su coche -su modo de subsistencia-, cuyo coste de financiación ha aumentado más del 20% desde el pasado mes de junio. Y es que, al igual que miles de islandeses, Karlsson contrató un crédito en moneda extranjera para obtener una cuota más barata después de que el tipo de interés del país aumentara desde el 1,5% hasta el 15,5% este año, en un desesperado intento por mantener el valor de su moneda nacional. "Me dijeron que era mejor y más barato contratar un préstamo en moneda extranjera que en coronas islandesas',' asegura Karlsson, de 65 años, que ahora paga 74.000 coronas al mes (unos 770 dólares) por su crédito, en comparación con los 59.000 de hace cuatro meses.
(Los préstamos referenciados en monedas extranjeras, cuyos tipos de cambio suelen ser ajustados cada tres meses, representaban el 14% de la deuda de hogares en Islandia a finales de junio. En 2007, el volumen apenas alcanzaba el 7%. Y es que, si la corona baja, el principal de la deuda sube.) Las entidades de crédito del país comenzaron a promover la concesión de préstamos en moneda extranjera tras la importante subida de los tipos de interés, después de que la inflación se disparara en la isla tras 4 años de auge económico a base de deuda (crédito barato). Sin embargo, la crisis financiera y el consiguiente colapso del mercado interbancario (préstamos entre bancos) ha impedido que los bancos del país pudieran refinanciar su elevada deuda. Como consecuencia, la moneda nacional hundida en la miseria.
El pasado 8 de octubre el Banco Central de Islandia tuvo que abandonar la vinculación de su moneda con el euro tras no poder defender un tipo de cambio de 131 coronas por euro. Ningún banco extranjero aceptaba esa referencia. El último valor conocido de su moneda, tras la suspensión de su cotización en el mercado de divisas, fue de 340 coronas por euro, frente a las 122 de hace apenas un mes, según los datos de su Banco Central. ¿Resultado? Un préstamo de 10 millones de coronas contratado el pasado enero, tomando la mitad en yen japonés y la otra mitad en francos suizos, ahora se equivale a 17,8 millones de coronas. Es decir, un aumento del 78% en apenas 10 meses. La gravedad de la situación radica en que el crecimiento económico de los últimos años se ha basado en la concesión de créditos baratos. El endeudamiento de las familias islandesas se ha disparado en los últimos años, y con él, también el déficit por cuenta corriente del país, que indica la necesidad de financiación extranjera del conjunto de la economía, que se disparó hasta el 26 por ciento del PIB en 2006.
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