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16.10.06

Madrid se erige como la tercera ciudad europea al tocar los 100.000 millones de PIB

La capital española se sitúa entre las más grandes del mundo, junto a París y Londres. La clave de este despegue es su atractivo como centro de negocios, que ha elevado el peso del PIB madrileño hasta el 11,4% del total nacional.
California es el Estado americano que se ha atrevido en las últimas décadas, sin reivindicaciones serias y de manera puntual, a exhibir ínfulas independentistas. Al amparo de su potencial económico y a modo de queja por las transferencias financieras reales que sus arcas envían hacia otras latitudes de EE.UU. más pobres. No en vano, su PIB se sitúa, según cálculos, a uno u otro lado de la barrera del billón de dólares, en línea con el español o el canadiense, lo que representa el 13% de la riqueza estadounidense. Una fortaleza que le otorgaría, por tamaño, plácet de entrada directa al G-7. En España, si esta relación se trasladara al ámbito municipal, la única ciudad capaz de mostrar un porcentaje económico más o menos similar a la del Estado más rico de EE.UU. sería Madrid. La capital superó, al término de 2005, la frontera de los 100.000 millones de euros –en concreto, 103.500 millones, según cálculos del Ayuntamiento madrileño–, de PIB; es decir, el 11,4% del total nacional. En comparación con las regiones españolas, la zona metropolitana madrileña sería el cuarto motor económico.
Y, en el contexto europeo, únicamente Londres y París rebasan, en ambos casos con holgura, los 100.000 millones. El calibre de la economía de Madrid también se aprecia al contrastarlo con los nuevos socios europeos. Polonia es el único mercado de los diez del Este europeo que supera a la economía capitalina.
Pero, ¿dónde se asienta el despegue madrileño? Varios estudios del Observatorio Económico, departamento adscrito a la Concejalía de Economía que dirige Miguel Ángel Villanueva, “que ha dado al municipio autonomía estadística y rigor analítico”, según sus palabras, explican este salto. La capital, por ejemplo, encabeza el ránking Forbes de ciudades que, en España, albergan mayor cantidad de sedes empresariales: 17 compañías integradas en esta clasificación, que engloba las 2.000 corporaciones mundiales más importantes por facturación, y 20 firmas del Ibex-35. Aun así, Madrid todavía tiene un notable diferencial competitivo que recortar frente a las grandes urbes europeas. El atractivo de París, Londres, Fráncfort, Ámsterdam, Milán y Bruselas como centro de negocios es superior al de Madrid, que se sitúa en un nivel similar al de Dusseldorf y Munich. No obstante, otros informes, como el de la firma de servicios profesionales Ernst & Young, describen el imán con el que la capital actúa en proyectos de inversión con valor añadido; sobre todo en el sector financiero. Este modelo de captación del capital privado, en el que juega un papel esencial la condición de gran centro financiero y bursátil español, ha llevado a Madrid a acaparar el 54% de los flujos de inversión extranjera, y a exportar el 81% del capital hispano. Pero no sólo las grandes sociedades eligen la capital como punto neurálgico de sus operaciones. También genera el 20% del total de nuevas empresas nacionales, con un dinamismo medio que ha superado en meses como el pasado marzo las 1.400 firmas, y un capital suscrito por encima de los 300.000 millones de euros, según el Colegio de Registradores. Los efectos de esta trayectoria son notables. El ritmo de crecimiento oscila en torno al 4%, lo que propicia una economía que se aproxima al pleno empleo, al registrar una tasa de paro de apenas siete décimas (5,68%) más del 5% que determina este umbral y, en los últimos años, ha realizado una apuesta decidida por las nuevas tecnologías: el equipo de Gobierno municipal ha invertido 2.447 millones de euros, el 1,9% de su PIB en I+D+i, el 27,4% del gasto nacional.
Madrid es la gran candidata, entre las capitales europeas, a adquirir el estatus de ciudad global. Una condición que, de nuevo, sólo ostentan sus grandes rivales: Londres y París. Este diagnóstico procede, además, del DATAR, un centro adscrito a la Oficina Económica del primer ministro francés, equivalente en España a la del asesor económico de Moncloa, Miguel Sebastián. En su informe, que evalúa quince indicadores que miden la posición competitiva de casi un centenar de ciudades de la UE, coloca a Madrid en el primer lugar de un selecto grupo de tres ciudades, las primeras con capacidad de ofrecer servicios globales. Entre otros, el DATAR sondea parámetros como la accesibilidad internacional de viajeros y mercancías, mercados financieros, ferias y congresos, capacidad turística, ratios sobre tecnología e investigación y sostenibilidad medioambiental. Y Madrid, como recuerda su concejal de Economía, Miguel Ángel Villanueva, “tiene dos fuentes principales de ingresos: el aeropuerto de Barajas, cuya ampliación permitirá alcanzar una capacidad de 70 millones de viajeros al año, desde los 42 millones actuales, e Ifema, el segundo gran recinto ferial europeo”. Su gran reto inmediato –afirma– es elevar el número de turistas, que en 2005 superó los 12 millones de pernoctaciones, una cifra histórica. Para ello, sitúa el turismo como prioridad de su agenda dentro del plan de internacionalización de la ciudad, ideado para modernizar la marca Madrid. Una imagen que deja a la capital, según el European Cities Monitor, de la consultora Cushman & Wakefield, al séptimo lugar entre las ciudades europeas más idóneas para hacer negocios.