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10.4.09

La gente ya imprime su propia moneda para superar la crisis

Un pequeño pero cada vez más creciente grupo de comunidades sociales de los Estados Unidos está imprimiendo su propio dinero para superar la escasez de dólares. No es algo nuevo. Toman prestada la idea de la época de la Gran Depresión de 1929 para así mantener el consumo y evitar las quiebras en los comercios. Y no solo es propio de allí, también se ha hecho, por ejemplo, en España durante la Guerra Civil o en la actualidad en algún pueblo de Reino Unido.
El sistema es simple: los pequeños empresarios y los particulares crean una red monetaria con su propia divisa e imprimen los billetes para ser empleados en los pequeños comercios. Las tiendas los compran (pagando con dólares y un pequeño descuento del 5 por ciento) y poco a poco los van introduciendo en el tejido económico de la región donde operen.
De momento ya existen una docena de comunidades que emplean sus propias monedas locales pero se espera que esta iniciativa se extienda a más regiones del país norteamericano. Esto refuerza el mensaje de que si se mantiene el control de la economía en manos locales existe una mayor protección a los bandazos que dan los mercados.
Detroit es uno de los lugares donde se está produciendo este fenómeno. No es de extrañar, a tenor de la difícil situación que viven los ciudadanos de la ciudad que, hasta hace unos meses, era la cuna del sector automovilístico con una población empleada, en su mayor parte, en las fabricas de coches que han quebrado. Aquí, tres empresarios han comenzado a poner en circulación los Detroit Cheers, una moneda local que puede usarse en doce tiendas.
En el oeste de Massachusetts, también se ha implantado. Allí se ha fundado Berkshares que aplica este método: un comprador va a uno de los doce bancos y paga 95 dólares de la Reserva Federal a cambio de 100 dólares de Berkshares, que pueden ser gastados en 370 negocios de la región. Desde su comienzo en 2006, el sistema ha generado una circulación monetaria de 2,3 millones de estos nuevos dólares.
Por ley, este dinero no puede parecerse lo más mínimo a los billetes de dólar. Además, el empleo de este dinero no está exento de impuestos; y el IRS, semejante al Departamento de Hacienda, se encarga de que todo el mundo esté al día con sus responsabilidades fiscales.