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3.4.11

Son ricos, son exigentes

La revista Forbes ha confeccionado un ranking con las peticiones más extravagantes solicitadas por los propios huéspedes en hoteles de lujo. Los encargados de los hoteles han tenido que enfrentarse a peticiones como recoger un osito (de peluche) olvidado a cientos de kilómetros de distancia, enviar a Londres un tigre (verdadero) o cubrir toda una playa con alfombras para que el cliente no se manchara los pies. Así:

La jefe de conserjería en el hotel The Setai tuvo que transformar por petición de un cliente una habitación y decorarla como si fuera un burdel, aparte de comprar ropa interior roja barata para su esposa. En otro caso, también tuvo que organizar el traslado de un tigre de Florida a Miami (USA) en apenas un día. La curiosa petición era consecuencia del enamoramiento por parte de un ciudadano inglés de una mujer de la zona. Él le pidió a ella que se trasladara a vivir con él a Londres y ella aceptó con una única condición: que su mascota, un tigre, debía acompañarla en esta nueva aventura. Se hubo de recurrir al Miami Metro Zoo en busca de ayuda para satisfacer la demanda.

La mayoría de las peticiones en los hoteles suelen estar enfocadas al tema gastronómico. Un cliente del Plaza de Nueva York se acercó al jefe de encargados para solicitarle comida para llevar. Pero su encargo no fue nada común: quería un lote de tarántulas para comérselas asadas en su casa. El encargado tuvo que acercarse al Club de Exploradores -famoso por sus "cenas" de animales exóticos- para que le pusieran en contacto con su proveedor habitual de tarántulas.

Un cliente bastante adinerado y habitual del Ritz-Carlton de Cancún quería ver una película al aire libre pero en privado. Lo que en principio no entrañaba muchas dificultades se complicó cuando el huésped especificó que quería que fuera en la playa pero no quería tener contacto con la arena. Así que el hotel envió una delegación a Ciudad de México con el fin de comprar las suficientes alfombras para cubrir una buena extensión de playa.

Una familia viajó desde Hannover a Berlín para alojarse en el Hotel Adlon Kempiniski. No obstante, una vez en la habitación descubrieron que se habían olvidado en casa el osito de su hija, y la niña no podía dormir sin su peluche. Así que el encargado del hotel tuvo que enviar a un empleado a Berlín -cinco horas de viaje- para recoger el oso de la residencia de la familia. El mismo encargado tuvo que enfrentarse al caso de otro cliente que deseaba comprarle a su mujer un bolso, pero justo ese modelo no estaba disponible en Alemania, solamente se vendía en París (Francia). Así que obviamente se envió a un empleado a dicha ciudad para satisfacer al huésped.

El encargado principal del SLS de Beverly Hills tuvo que preparar bajo presión una cena de aniversario y contratar una banda de mariachis con apenas dos horas de antelación. Igualmente, las últimas navidades, un cliente con algunas copas de más pidió en recepción tres trajes de Papá Noel. Eran las 9 de la mañana del día de Navidad. Una hora y media después el cliente salía por la puerta vestido de Santa Claus.

El encargado del Le Martinez (Cannes) tuvo que recorrerse toda la costa sur de Francia buscando semillas de alcaparra. Y es que una anciana sudamericana quería llevarse estas semillas a su país. Tras una larga búsqueda, encontró algunas semillas en el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas.

Por su parte, el encargado del Brown's Hotel de Londres, tuvo una vez que comprar una casa y todo el mobiliario para un cliente. En otra ocasión tuvo que organizar el envío de veintiún ciervos desde Kuwait a Londres para el cumpleaños de la hija de un cliente. E incluso tuvo que organizar en otro caso la comitiva que transportaría a una estrella en helicóptero desde su barco al hotel. ¿Fácil esto último? Bueno, lo que ocurre es que la estrella había especificado el color, la marca y la disposición de todos los coches que la llevarían desde el barco al helicóptero.

Pero algunas exigencias no pueden ser cumplidas por mucho que el cliente sea millonario, el hotel sea de lujo o el encargado se emplee al cien por cien para conseguirlo. Así, un cliente del Resort Sagamore -un complejo hotelero de estilo victoriano situado en el Lago George en Nueva York- solicitó cambiar la chimenea de gas de su habitación por una más romántica de leña. Su deseo no fue concedido ya que hubiera supuesto cambiar toda la instalación. Otra petición en el mismo Resort tampoco pudo ser cumplida. Un cliente con poca cobertura en su móvil exigió a la dirección del hotel la instalación inmediata de una antena de telefonía móvil.

2 Comentarios:

Blogger Cristian dijo...

Lo increíble es que el dinero todo lo puede, podría ser el titular de esta narración. Me imagino la situación en que una personas acaudaladas mientras estan alojados en uno de los hoteles en paris francia sino quieren contactarse con otras personas pueden alquilar el hotel solo para ellos, increíble pero verdad

2:56 p. m.  
Blogger Martin dijo...

Es terrible lo extravagantes que son algunas personas solo porque pueden permitirselo, dios no quiera que sea uno de esos encargados de los hoteles en londres en los que se quedan los ricos!

10:36 p. m.  

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