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30.6.09

La dieta del trabajador responsable

Los trabajadores que deben permanecer sentados durante buena parte de su jornada laboral debieran ingerir alimentos ricos en nutrientes pero con pocas calorías, como sucede con varios tipos de fruta como la sandía, los albaricoques, los nísperos o los cítricos (naranja o limón), que tienen un alto contenido en agua y son muy ricos en vitaminas A y C, betacarotenos y flavonoides, según clara recomendación de un grupo de expertos en alimentación.
Dentro de la adquisición de unos hábitos de vida saludables, cobra especial importancia en la alimentación la cantidad y calidad de los alimentos que se consumen a diario, que debe ser acorde con el tipo de vida, el trabajo, la actividad diaria y el ejercicio físico.
De este modo, en el caso de los trabajos sedentarios, que suelen provocar problemas de espalda y oculares, como es el caso de quienes pasan mucho tiempo delante del ordenador, es recomendable la ingestión de alimentos que aporten vitaminas, minerales, fibra y proteínas de calidad pero que no tengan un exceso de calorías, ya que el gasto a lo largo del día es más reducido. Así, se debe asegurar la ingesta de las ya mencionadas frutas tanto como de hortalizas, sobre todo las de hoja verde, muy ricas en antioxidantes y bajas en energía, que son excelentes para mejorar los problemas circulatorios en las extremidades inferiores, cuyo riego se ve afectado por posturas incorrectas o posiciones continuadas.
Por contra, en los trabajos en los que se desarrolla una gran actividad, se recomienda aportar al organismo alimentos ricos en energía saludable y el resto de nutrientes como vitaminas, minerales, fibra o proteínas para reponer el gasto de energía, fluidos y sustancias que conlleva la actividad diaria. Así, se recomienda pan, legumbres, arroz y otros alimentos ricos en proteínas como los huevos, la carne o el pescado, acompañados de hortalizas frescas o cocinadas. Las frutas deben formar parte de todas las comidas del día.
En los estilos de vida activos se permite una mayor cantidad y frecuencia de alimentos que en otras circunstancias de sedentarismo debemos controlar, como las carnes semigrasas o grasas, las bebidas energéticas, dulces o bollería.